Escribo esta carta con el corazón lleno de gratitud, humildad y profunda emoción a mi querida familia del FC Barcelona, a cada aficionado en las gradas y más allá, y a toda la comunidad barcelonesa que ha moldeado mi vida y mi camino.
Desde que era niña, al ponerme el escudo del Barça, comprendí que entraba en algo mucho más grande que un equipo de fútbol. Entraba en una familia, una cultura y un legado que me impulsarían, me inspirarían y, finalmente, me ayudarían a convertirme en la atleta y la mujer que soy hoy. Personas que creyeron en mí mucho antes de que el mundo conociera mi nombre han tejido cada etapa de mi carrera.
Gracias al club por cultivar con paciencia y visión mis sueños. He aprendido disciplina, resiliencia, ingenio y la valentía de asumir la responsabilidad que conlleva vestir estos colores en el FC Barcelona, que siempre ha sido mucho más que un simple lugar para jugar al fútbol. Me habéis brindado experiencias que cambiaron el rumbo de mi vida, jugadoras que se convirtieron en hermanas y entrenadores que mejoraron mi juego y pulieron mi mente. Juntos, cada entrenamiento en La Masia, cada instrucción táctica, cada éxito y cada derrota me ayudaron a desarrollar un espíritu que encarna los valores fundamentales del Barça.
Gracias a la afición, el alma de esta organización. Me habéis apoyado en los momentos más difíciles y me habéis felicitado en los mejores. Vuestro cariño me ha recordado que el fútbol se trata de conexión, no de competición, y vuestros gritos me han impulsado y fortalecido. Me habéis hecho sentir vista, apreciada y con un gran apoyo, ya fuera en el vibrante ambiente del Estadi Johan Cruyff, en el Camp Nou o a través de cartas de todo el mundo. Salimos al campo con orgullo y salimos con un propósito gracias a vosotros.
Me habéis dado un hogar, la comunidad de Barcelona en su conjunto. He podido desarrollarme tanto personal como profesionalmente gracias a las calles, la cultura, la gente y el espíritu inquebrantable de esta ciudad. Ayudasteis a una joven soñadora a convertirse en campeona acogiéndola con los brazos abiertos. Hicisteis posible el crecimiento del fútbol femenino y, como resultado, muchas jóvenes ven ahora oportunidades donde antes solo había obstáculos.
Sé que mi devoción, agradecimiento y amor por este club y esta comunidad nunca se desvanecerán, independientemente de si el futuro nos depara nuevas dificultades o territorios desconocidos. Habéis moldeado mi historia y, por ello, os estaré eternamente agradecida.
Con todo mi corazón,
Bonmatí Aitana